El camino del Sínodo

El proceso sinodal pleno solo existirá verdaderamente si se implican en él las Iglesias particulares. En ellas y a partir de ellas existe la única Iglesia católica, y contribuyen eficazmente al bien de todo el cuerpo místico, que es también el cuerpo de las Iglesias (cf. LG23). La implicación de las Iglesias particulares alcanza también a otros organismos intermedios como los sínodos de las Iglesias orientales católicas, los Consejos y Asambleas de las Iglesias sui iuris y las Conferencias Episcopales, con sus expresiones nacionales, regionales y continentales.

La articulación en diferentes fases del proceso sinodal hace posible la escucha real del Pueblo de Dios y también una implicación de todos los obispos en los diferentes niveles de la vida eclesial (Iglesias particulares, Conferencias Episcopales u organismos correspondientes, Reuniones Internacionales de Conferencias Episcopales). Se garantiza así la participación de todos en el proceso sinodal y se configura un ejercicio de la colegialidad dentro del ejercicio de la sinodalidad, en la perspectiva subrayada por el Papa Francisco en el 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos.

1.      Apertura del sínodo. Octubre de 2021

Tendrá lugar tanto en el Vaticano como en cada Iglesia particular. El Santo Padre lo celebrará en el Vaticano, los días 9 y 10 de octubre y consistirá en un momento de encuentro y reflexión y en la celebración de la eucaristía. La apertura en las Iglesias particulares tendrá lugar el domingo 17 de octubre de 2021, bajo la presidencia del respectivo obispo diocesano y con una estructura similar de encuentro y eucaristía.

2.   Fase en las Iglesias particulares y en otras realidades eclesiales. Octubre 2021 – agosto 2022.

El objetivo de esta fase es la consulta al Pueblo de Dios para que el proceso sinodal se realice en la escucha a la totalidad de los bautizados, que son sujetos del sensus fidei infalible in credendo. Se trata de ponerse “en escucha” de todo el Pueblo de Diossin excluir a nadie, con particular atención para involucrar también a los más alejados y aquellos que son consultados con mayor dificultad.

Para facilitar esta consulta y la participación de todos, la Secretaría General de Sínodo ha publicado un Documento preparatorio, acompañado de un Cuestionario y un Vademécum con propuestas para realizar la consulta en cada Iglesia particular.

Se ha enviado también a los dicasterios de la Curia Romana, a las Uniones de Superiores Mayores (USG / UISG), a otras federaciones de vida consagrada, a los movimientos internacionales de laicos y a las Universidades católicas y Facultades de Teología.

En las Iglesias particulares, cada obispo nombrará un responsable diocesano o un equipo de la consulta sinodal, que pueda ser punto de referencia y enlace con la Conferencia Episcopal y que acompañe la consulta en la Iglesia particular en todos sus pasos. Del mismo modo, cada Conferencia Episcopal (u organismo correspondiente) nombrará asimismo un responsable (equipo) que pueda ser referente y enlace tanto con los responsables diocesanos como con la Secretaría General del Sínodo.

La consulta en las Iglesias particulares se desarrollará a través de los órganos de participación previstos en el derecho, sin excluir otras modalidades que se juzguen oportunas para que la consulta sea real y eficaz. Esta consulta se clausurará con una reunión pre-sinodal, que será el momento culminante del discernimiento diocesano. En ella se dará a conocer el resultado de las aportaciones de las consultas y el documento que se enviará a la Conferencia Episcopal.

Los miembros de la Conferencia Episcopal tendrán un encuentro de discernimiento de los pastores reunidos en asamblea, a los que se pide escuchar lo que el Espíritu ha suscitado en las Iglesias a ellos confiadas. Fruto de este discernimiento tendrá lugar la elaboración de una síntesis de las aportaciones, en la que participarán también el responsable de la Conferencia Episcopal para el proceso sinodal y su equipo, así como los representantes elegidos para participar en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo en Roma, una vez ratificados por el Santo Padre.

La síntesis se enviará a la Secretaría General del Sínodo. También se enviarán las aportaciones de cada una de las Iglesias particulares.

De igual modo se recibirán también las aportaciones enviadas por las Universidades y Facultades de Teología, las Uniones de Superiores y Superioras Generales (USG/UISG), otras federaciones de vida consagrada y los movimientos internacionales de laicos.

3.   Elaboración del primer Instrumentum laboris y fase continental del sínodo: Septiembre 2022-marzo 2023.

La Secretaría General del Sínodo procederá a la redacción del primer Instrumentum Laboris, para septiembre de 2022. La finalidad de esta fase es la de dialogar a nivel continental sobre este texto del primer Instrumentum Laboris, y realizar un ejercicio de discernimiento desde las particularidades culturales de cada continente.

En cada continente se nombrará un responsable que pueda ser referente y enlace tanto con las Conferencias Episcopales como con la Secretaría General del Sínodo. A continuación tendrá lugar un discernimiento pre-sinodal, a partir del Instrumentum Laboris, con la participación de los obispos residenciales y de los demás miembros del Pueblo de Dios.

Las Reuniones continentales concluirán con la redacción de un documento final, que se enviará a la Secretaría General del Sínodo en marzo de 2023.

Al mismo tiempo que las reuniones pre-sinodales continentales, se recomienda que se desarrollen también asambleas internacionales de especialistas, que puedan enviar sus aportaciones a la Secretaría General.

La Secretaría General del Sínodo procederá a la redacción del segundo Instrumentum Laboris, con las aportaciones recibidas, antes de junio de 2023.

4.       Fase de la Iglesia universal. Octubre de 2023

La Secretaría General del Sínodo enviará el segundo Instrumentum Laboris a los participantes en la Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Esta Asamblea tendrá lugar en Roma, en octubre de 2023, según los procedimientos fijados en la constitución apostólica Episcopalis Communio. Además de obispos de todo el mundo, representantes de las conferencias episcopales e invitados por el Santo Padre, en el sínodo participan expertos y auditores.